Nací en París (Francia). Vivo y trabajo en Buenos Aires desde el 2007.

Mi formación es literaria (tengo un doctorado de literatura francesa).

Formé parte de la cooperativa de artistas Objetos Encontrados (2007-2008) y luego creé la galería Pan Francés junto a dos otros artistas (2008-2009).

Fui asistente del artista plástico Leandro Erlich.

Realice clínica de obra con Fabiana Barreda; asistí a talleres de arte textil con Marina de Caro y participé en el taller de experimentación visual Obrador dictado por Florencia Fernandez Frank y Gaby Messuti.

Mi trabajo incluye fotografías, pinturas, arte textil y textos literarios.

Mis obras figuran en colecciones privadas en Europa, América del Norte, Australia, Nueva Zelanda y Japón.

Realice muestras individuales (Espacio Ecléctico, Galería Pan Francés, Art Hotel, Cosmopolitain, etc.) y participé en muestras colectivas (Galería Mar Dulce, Galería Bisagra, Galería Pan Francés, Centro Cultural Recoleta, Expotrastiendas, Espacio G104, Salón de los Rechazados, Galerie Trousseau, etc.).

Publiqué dos libros (fotos y textos), ambos seleccionados para la "Feria de Libros de Fotos de Autor del Espacio Ecléctico" (Japon(ia), 2010; Shiôri, 2012), y varios cuentos en la revista literaria Rue Saint-Ambroise (París).

28 mar 2009

muestra "wonderful life" (Pan francés, Piedras 1055, San Telmo)

La relación con la muerte es la más intima, la más universal y la más esencial a la cual está enfrentado el ser humano. A mi parecer, cualquier otro asunto se relaciona de alguna manera (o merecería hacerlo) con éste. Pasear por los cementerios (ya sea aquí a la vuelta o al otro lado del mundo) siempre me pareció un momento movilizador e intenso, a veces melancólico, a veces alegre. Un momento suspendido, de paz y tranquilidad. Algo así como una invitación a vivir



La relation à la mort est la plus intime, la plus universelle et la plus essentielle à laquelle est confronté l’être humain. À mon sens, tout sujet s’y rapporte, d’une manière ou d’une autre (ou mériterait, tout au moins, de s’y rapporter). Me promener dans les cimetières (que ce soit au coin de la rue ou à l’autre bout du monde) m’a toujours paru une expérience à la fois intense et poignante, parfois mélancolique, souvent jubilatoire. Un momen suspendu, de paix et de tranquillité. Comme une invitation à la vie…

(Sophie Spandonis)